Sinceramente reconozco mi sorpresa al conocer esta noticia, pues pensaba que el hecho de ser hijo de español garantizaba automáticamente la obtención de la nacionalidad española, pero resulta que han hecho falta tres años de duras negociaciones con el gobierno de Rodríguez Zapatero para que los hijos y nietos de exilados y emigrantes españoles en países americanos (cerca de medio millón) hayan conseguido su aspiración de conseguir la nacionalidad que en su día tuvieron sus padres y abuelos y a la cual renunciaron voluntariamente. Es una lástima que haya hecho falta un “corralito argentino” y una “crisis global” para que a estos hijos y nietos de españoles se les haya despertado el espíritu patrio (el Colectivo de Hijos y Nietos de Españoles en Argentina lleva negociando desde el 2005).
Se que muchos lectores se habrán echado las manos a la cabeza al leer mi anterior aseveración, pero lo cierto es que aquellos que quisieron regresar o recuperar su antigua nacionalidad podían haberlo conseguido desde los tiempos de la transición española y haberla hecho extensiva a sus hijos en caso de haberlo deseado estos.
Se que muchos lectores se habrán echado las manos a la cabeza al leer mi anterior aseveración, pero lo cierto es que aquellos que quisieron regresar o recuperar su antigua nacionalidad podían haberlo conseguido desde los tiempos de la transición española y haberla hecho extensiva a sus hijos en caso de haberlo deseado estos.
El hecho es que en otra faceta de la aplicación de la versátil Ley de la Memoria Histórica, el Gobierno ha garantizado la posibilidad de obtener la nacionalidad a los hijos de españoles de origen que abandonaron el país europeo por razones como penurias económicas y no perdieron la ciudadanía antes de tener descendencia, y a los nietos de españoles que se vieron forzados a permanecer en el exilio entre 1936 y 1955, durante el régimen franquista, y que no mantuvieron su nacionalidad.
Lo cierto es que no entiendo esta discriminación entre hijos de emigrantes y nietos de exiliados, dado lo que hemos explicado antes, pero menos aun se entiende que sólo el abuelo varón pueda transferir la ciudadanía española. ¡La que va a liar Bibi cuando se entere de semejante discriminación machista!, ¿O tal vez no?, al fin y al cabo una arbitrariedad más de la ley de marras ¿Qué más da?.
Sólo hay una ventana de dos años para hacer el trámite y después se cierra toda posibilidad, o sea que ¡animo compatriotas!.
R.L.G.
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