« Prueba de la Falange de aquellos años fue el abrazo casi obligatorio del régimen, es el caso del Ayuntamiento de Gijón tras la guerra, según relata el citado gijonés. «En aquel Ayuntamiento estaba Paulino Vigón o Antonio G. Cobo, ambos de derechas; pero también Rufino Menéndez, carlista, y Teófilo Martín Escobar, que había sido republicano, relacionado con la Institución Libre de Enseñanza; de repente, todos con el carné de Falange». La misma Falange que ahora investiga el juez Garzón. »
Leer más en : La Falange que investiga Garzón _ J.Morán (La Nueva España. 23OCT08)
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COMENTARIO: En este artículo J. Morán de la mano del historiador Ramón García Piñeiro hacen un certero análisis de la represión en ambos bandos y en particular en el bando franquista.
Ponen al descubierto las intenciones de Garzón al señalar con su dedo acusador a la Falange en genérico, cuando la mixtura política amparada por la gran “T” añadida a su nombre, fue paraguas protector de todo tipo de fauna que pululaba por la España franquista «con un carné de la Falange muy cerca, o incluso dentro de la propia cartera».
Naturalmente que la inclusión en sus filas – por omisión o inoperancia – de elementos indeseables no exonera a los mandos falangistas de entonces de su responsabilidad ante la llamada represión legal, pero lo primero es que esas culpas de mutuo acuerdo quedaron saldadas con la amnistía de 1977 junto con las de sus adversarios políticos, y lo peor es que ahora se pretenda abrir una “causa general” paralela a la franquista (ilegal en nuestro ordenamiento jurídico) y al mismo tiempo se ensucie el nombre del falangismo como movimiento político, haciendo tabla rasa con todas las tribus que conformaron el tinglado del Régimen, haciendo uso y abuso de sus símbolos e identidad.
R.L.
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