sábado, 8 de noviembre de 2008

MALVINAS. Una constitución trampa.



17 años después de la declaración de independencia de Argentina, Gran Bretaña ocupó en 1833 las Islas Malvinas.

Tras el fallido intento de recuperación de su territorio ocupado en 1982 que costó la vida a 649 de sus soldados, y a pesar de eso, Argentina no renuncia a sus derechos y sigue reclamando la devolución del archipiélago.

El Comité de Descolonización de la ONU volvió a invitar este año a los dos países a negociar directamente su desacuerdo, pero la respuesta de los hijos de la Gran Bretaña ha cogido la delantera a la organización internacional y han acordado dotar de una nueva constitución a las islas que ellos llaman Falkland. Constitución que dice reforzar la democracia local aunque mantiene los poderes de Londres para proteger sus intereses, lo que ha generado una protesta formal y unánime de La Cámara de Diputados argentina.

La nueva “carta magna” entrará en vigor el 1 de enero de 2009 y reemplazará la versión acordada en 1985, tres años después de la guerra.

La estrategia está clara. Al otorgar a los “kelpers” (nativos de Malvinas de origen británico) una carta de soberanía puramente formal pero que mantiene suficientes poderes de la metrópoli para que el gobierno británico proteja sus intereses y “asegure la buena gobernabilidad global del territorio", en palabras del Ministerio de Exteriores británico, se intenta burlar el mandato de Naciones Unidas perpetuando una anacrónica situación colonial.

¿Qué va ha hacer ONU? - ¡NADA!. Nos encontramos de este modo con un nuevo ejemplo de la inoperatividad de esa ballena varada, en manos de cinco naciones con vocación imperialista y derecho a veto y 187 comparsas que tragan con sus decisiones.
R.L.
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Leer más en:

- ¿Gran Bretaña, país limítrofe? – Clarín (07NOV08)
- Nuevo reclamo argentino por las Islas Malvinas – Diario Hispanoargentino (07NOV08)

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