domingo, 23 de noviembre de 2008

"Una moral doble y fálsamente socialista"



« Entre otras cosas, también nos parece interesante el tratamiento que le da el político liberal cubano Carlos Alberto Montaner al moralicidio ejecutado por el régimen cubano, sin duda alguna la moral burguesa fue objetivo numero uno de liquidación para el nuevo régimen, y junto a ella una serie de valores trascendentes como los de la amistad o la familia, lo que no se dice es que la Revolución no solo ejecutó una moral sino que levantó otra que por su mística y entrega en mucho recuerda la de los jesuitas, una actitud espartana y autopersuadida que explica en buena medida la sobrevivencia del régimen, así como la buena fama que le han dado durante décadas su "misioneros" y legionarios extranjeros, por supuesto se trata de una moral que resulto doble y falsamente socialista, en tanto se predicaba y no se ejecutaba por los mismos personeros, pero que armó y movilizó a miles de Cubanos hasta nuestros días, al mismo tiempo el moralicidio no es un fenómeno exclusivo del comunismo, la España supuestamente democrática en la que radica Montaner y donde se edita Encuentro, está siendo objeto de un proceso moralicida al que ni la Iglesia ni el PP son capaces de poner coto, un proceso de desmasculinización del ciudadano español, androginización de los niños y desarticulación de la familia tradicional que ha degenerado en una autentica guerra de los sexos donde la violencia de genero y la disminución de la natalidad en solo la consecuencia mas evidente, frente a este fenómeno, sociedades como la cubana, con su machismo renuente, se convierten, gústenos o no, en reservorios de aquella misma moral burguesa que el castrismo se empeño en destruir.»
* Palabras resaltadas por Bakanik
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COMENTARIO:


El fragmento que aquí reproducimos esta extraído de la reseña que Carlos M. Estefanía hace en “Cuba Nuestra” de la edición cincuenta de la revista “Encuentro de la Cultura Cubana”, correspondiente a otoño de 2008.

Es curioso que otra vez nos demuestren que solamente desde un punto de vista cenital propio del observador no implicado se pueda obtener una visión limpia de ciertas situaciones de la España actual, que sino fueran por lo esperpénticas serían trágicas.

Por otro lado es muy interesante el apunte que hace sobre el cambio de moral que represento la revolución castrista en sus inicios, inspirada en la austera moral castrense de servicio a los demás a la par que religiosa de los jesiutas, fieles representantes en su tiempo de la Falange Exterior, y difusores del mensaje de José Antonio Primo de Rivera. No en vano Fidel Castro fue en sus inicios un aventajado alumno de sus centros de enseñanza, como relata el periodista del diario “Pueblo”, Antonio Olano sobre su descubrimiento y admiración por la figura de José Antonio:


"¿Sabéis quién me enseñó a admirar a José Antonio?, pues un señor que se llama Fidel Castro. Sí, Fidel Castro me enseñó a admirar a José Antonio. Yo sabía cuales eran sus gustos y sus preferencias y en uno de mis viajes le llevé dos libros que le habían quitado en una de sus múltiples detenciones: las obras completas de García Lorca y las de José Antonio Primo de Rivera. Hablamos mucho de esa doctrina, despertó mi interés y mi admiración" (Aguinaga y G. Navarro op. cit. p. 349).


Lastima que como dice Estefanía se tratara de una moral que a la larga fue desvirtuada y “resulto doble y falsamente socialista”.

R.L.
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